Los sentidos del bebé

Algunos estudios recientes han logrado demostrar que los sentidos del bebé están mucho más desarrollados de lo que se pensaba. Esto se puede comprobar en los momentos en que los niños están despiertos, ya que se les puede ver en un estado de alerta, prestando atención a cada sonido, olor, al cambio de los sabores de lo que se lleva a la boca y hasta a la manera en que se les toca.

Los asombrosos sentidos de tu bebé

Vista: Luego de los primeros días de nacido, un bebé es capaz de ver la luz, las formas y el movimiento, aunque todo va a ser un poco borroso. Él puede ver contrastes, como el blanco y negro, y objetos de hasta 25 cm de distancia con mayor claridad.

Audición: el oído es el único sentido que se logra desarrollar plenamente antes del nacimiento, por lo que su pequeño bebé puede oír incluso mientras está en el útero. En el momento en que nace, él es capaz de reconocer no sólo su voz, sino también la de su pareja y cualquier música que usted ha escuchado con él cuando estaba embarazada. El recién nacido utiliza el sonido de los latidos del corazón para relajarse, mientras que hay ruidos tan fuertes y repentinos que pueden molestarlo. Él prefiere las voces humanas que cualquier otro sonido.

Olor: su recién nacido tiene un agudo sentido del olfato. Los bebés de cinco días de edad, vuelven la cabeza hacia el olor de la leche materna, y a 10 días de edad, los bebés han demostrado que prefieren el olor de la leche de su propia madre a la de otra mujer. Nadie está seguro de cómo los recién nacidos son sensibles a otros olores, pero los estudios muestran que ellos reaccionan a los olores fuertes como el vinagre.

Sabor: al nacer, los bebés tienen muchas más papilas gustativas que los adultos. Dichas papilas se ubican no sólo en la lengua, sino también el techo y los lados de la boca. Desde muy temprana edad, su pequeño puede distinguir entre los gustos (y preferirá dulce). Los gustos de su bebé continúan desarrollándose durante todo el primer año de su vida, pero por ahora, él es muy feliz con leche materna o de fórmula.

Toque: la piel de su bebé es 10 veces más sensible que la suya, por lo que le gusta que lo toquen. Después de salir de la comodidad de la matriz, su pequeño se calma fácilmente al sentir texturas suaves y abrazos tranquilizadores. Trate de acariciándolo con un cepillo limpio de maquillaje, una bola de algodón o incluso con una manta suave. El recién nacido aprende con cada toque, y nada le hace más feliz que acurrucarse cerca de sus padres.

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