educar a los niños en la sinceridad

¿Cómo educar a los niños para que no mientan?

Los niños mayores emplean la mentira de una manera más preparada que en comparación con los más pequeños e indudablemente, más de una vez alcanzan el propósito de engañar manifestando que ya realizaron las tareas para poder salir a divertirse o ver la televisión.

Gracias a la mentira reciben un favor que al actuar con sinceridad no obtendrían. El sentido es hacerles entender, lo más pronto posible, que ser honestos siempre les traerá más ventajas, porque de lo contrario tarde o temprano la mentira será descubierta y tendrá sus efectos contra él mismo.

¿Cómo fortalecer la sinceridad en los niños?

A los adultos los pueden engañar en muchas oportunidades, no obstante, terminarán siendo sorprendidos. Una buena opción para persuadir a los niños para que no mientan, es premiar su honestidad. Durante la edad escolar, es importante fortalecer la sinceridad y expresar la verdad aunque se nos dificulte, porque la gran mayoría de las ocasiones otros pagan los platos rotos por nuestras mentiras y, finalmente termina afectando en mayor medida que si se hubiese dicho la verdad.

Es común que los niños se vean impulsados a mentir por la presión social, por sobresalir entre sus semejantes o retirarse de una circunstancia molesta o castigo, por este motivo se les debe hacer ver porqué no deben caer en ese error. Es fundamental que comprendan que lo más sencillo no es siempre la mejor opción, si el niño acepta su equivocación y ofrece disculpas, no existe un juez que no posea misericordia, por el acto noble y humilde que representa esta determinación.

Cuentos que forman en la honestidad

Algunos cuentos o historias que pueden servir de ejemplo son Pedro y el lobo, que acostumbraba a mentir en numerosas oportunidades para gastar una broma a los otros pastores y terminó consiguiendo que nadie confiará en él justo en el instante en que realmente necesitaba la colaboración de los demás. Otra de las buenas narraciones conocidas por todos es Pinocho, al que se le crece la nariz cada vez que miente y le vuelve a crecer más con una nueva mentira.

Estos cuentos son muy útiles porque enseñan a lo menores los efectos de una mentira, ya que una mentira conlleva siempre a otra cada vez mayor y luego es muy complicado desenredarlas. Los adultos deben intentar actuar y expresarse con sinceridad, porque la mentira en los niños es en algunas ocasiones un comportamiento aprendido de los mayores que la utilizan particularmente para cubrir algo como si fuera normal, como por ejemplo que manifiesten que han llegado tarde porque se chocó en el auto, cuando tu hijo conoce los verdaderos motivos por los que te has presentado tarde.

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