gripe en ninos

¿Cómo debe ser el tratamiento de la gripe en los bebés?

La gripe consiste en una infección respiratoria altamente contagiosa en la que se manifiestan síntomas como la fiebre, dolor de cabeza, tos seca, vómitos y en algunas situaciones, rinitis, conjuntivitis y faringitis. Este malestar por lo general tarda en entre 2 a 4 días.

La gripe suele presentarse en circunstancias aisladas o a manera de brotes que pueden llegar a convertirse en epidemias esencialmente en épocas de invierno. El periodo de incubación es de
entre 1 a 3 días. En los pequeños es común hallar dificultades como la otitis media aguda, y la bronquitis.

¿Cómo se contagia la gripe en niños y bebés?

Debido a que se trata de una patología viral, generada por el virus Influenza, se propaga y contagia con gran facilidad mediante el contacto o por el aire. Por periodos aparecen nuevas clases de virus, por lo que es complicado prevenir su contagio.

Es una infección respiratoria que complica la salud de forma grave en los ancianos, niños, o individuos que sufran de asma, cardiopatías, desnutrición, trastornos de inmunidad, diabetes, entre otros. Los sujetos que presentan alguno de estos cuadros clínicos, estimados como pacientes de riesgo, para ellos se recomienda que acudan al médico antes de la llegada del invierno para que les sea aplicada, solo en caso de ser requerido, la vacuna antigripal.

Tratamiento de la gripe durante la infancia

Para disminuir la fiebre no es indispensable el empleo de antibióticos. Basta con los antitérmicos. Los antibióticos consisten en unos medicamentos orientados a contrarrestar a las bacterias, por esta razón, solo serán recetados por el médico en el evento que la enfermedad se complique y una bacteria aproveche la ocasión de la bajada que ha generado en el sistema inmunológico para el rechazo contra los virus de la gripe.

La terapia contra la gripe trata en el apropiado control de los síntomas con el empleo de analgésicos como por ejemplo el paracetamol o el ibuprofeno para calmar el malestar general, el uso de nebulizadores que tienen como propósito descongestionar las vías respiratorias elevadas en el momento que el médico lo considere oportuno, jarabes para la tos, el descanso del paciente y la frecuente ingesta de líquidos.

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