Cómo diferenciar entre tristeza y depresión infantil

¿Cómo diferenciar entre tristeza y depresión infantil?

La depresión es una enfermedad que puede afectar tanto a niños como adultos. Cuando la depresión se presenta en la infancia viene acompañada de tristeza y se manifiesta a través de otros síntomas como los cambios repentinos de humor, irritabilidad, ansiedad, entre otros.

Tristeza en los niños

Es importante establecer una diferencia entre la depresión infantil que generalmente se caracteriza por una alteración en el estado de ánimo que afecta el rendimiento académico, las relaciones con la familia y con los amigos. Es necesario identificar cuándo el niño manifiesta una simple tristeza a una depresión que es un estado de ánimo alterado al que hay que prestarle mayor atención.

Cuando nos referimos a la depresión infantil es porque ya se ha recibido un diagnóstico relacionado con la salud mental del menor que revela una serie síntomas que manifiesta en la escuela, y que los propios compañeros de clase perciben al igual que sus padres durante un periodo extenso de tiempo. Por lo general un niño que se encuentra deprimido deja de realizar actividades que antes hacía, no se alimenta bien y poco o nada disfruta de los diferentes momentos de la vida.

Los síntomas y la gravedad de estos pueden enseñar que tipo de depresión presenta el menor, por ejemplo si se trata de una depresión leve, moderada o severa. Por otro lado, se debe considerar que los síntomas pueden variar de acuerdo a la edad del niño.

¿Cuándo pueden manifestar depresión los niños?

Hasta el momento no se conocen datos precisos sobre la edad exacta en que un niño puede manifestar depresión, porque es más común que se presenten niños tristes que deprimidos, pero según algunos estudios se podría decir que la depresión ronda entre un 1 a un 3% de la población infantil. Las estadísticas revelan que a medida que los niños se van acercando a la pubertad y a la adolescencia, es cuando comienza a manifestarse con mayor intensidad la depresión que habla de cifras entre un 3 a un 9% de la población.

Otro de los aspectos a considerar es si es posible que la depresión que manifiesta el niño provenga de una herencia familiar. Los especialistas concuerdan en que si bien la depresión endógena posee un componente hereditario, esto no siempre ocurre así en los niños. Existen otros factores que influyen como el estilo de educación que brindan los padres hacia sus hijos, el contexto social que rodea al niño, el ejemplo que percibe el menor de sus padres, todo eso representa una gran influencia sobre la conducta del niño.

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